REGALOS ORIGINALES PARA SAN VALENTÍN…Y PARA EL RESTO DEL AÑO

Estamos en febrero, el mes al que a muchos les ha dado por bautizar como el “mes del amor”. Y digo yo: ¿es que los demás meses no tienen espacio para amar? ¿No se nos está yendo un poco la olla con esto de San Valentín? A ver, que a mí no hay quién me gane a celebrar, pero esto de ponerle un día concreto al amor siempre me ha hecho cierta gracia. 

En fin, que suelo quejarme mucho de esta costumbre tan nuestra de copiar las festividades y las manías que llegan desde otros países, pero la realidad es que siempre termino entrando al trapo de todas. ¡Y aquí me tenéis buscando regalos para tener un detalle especial con mi churri, mis hijos, mis familiares, mis amigos! Y, qué queréis que os diga, ando un poco perdida y seca de creatividad… Me dejé la poca imaginación que me quedaba en Navidad y no se me ocurren regalos originales y especiales con los que sorprender a mis seres queridos. 

Cómo reaccionar al abrir un regalo

Y es que esto de los regalos tiene miga… Hay veces que abres paquetes que no sabes si los ha escogido tu peor enemigo o alguien con un gusto dudoso. No sé si os pasa lo mismo que a mí… Estoy a punto de cumplir 47 palos y todavía no he aprendido a disimular. De verdad que lo intento, os lo prometo… Pero es abrir un regalo que no me gusta y no puedo engañar a nadie. Consigo que de mi boca salgan palabras agradables, pero mi cara no acompaña. Vamos, que mis ojos y mis muecas van a su puta bola y dicen claramente: “Pero; ¿qué coño hago yo ahora con esta mierda que me estás regalando?”. Sí, así es mi cara… No me lo tengáis en cuenta, de verdad, yo quiero ser una persona agradable y agradecida, pero se me nota en la mirada. No puedo evitarlo. Me salen subtítulos en la cara.

Qué hacer con un regalo que no te gusta

Y llegados a este punto os planteo otra pregunta: ¿Cambiar o no cambiar un regalo que no te gusta? He ahí la cuestión… 

Yo antes me lo quedaba todo, pero poco a poco he ido modificando mi conducta. Me he grabado a sangre los consejos de Vanessa Travieso (discípula de Marie Kondo) y no me quedo con nada que no vaya a usar, que luego se amontonan las cosas inservibles y te quedas sin espacio. O lo cambio o, si no encuentro el ticket, le busco una nueva utilidad: vamos, que busco otra víctima a la que regalárselo. Que, por cierto, mucho ojo, que esto de regalar algo que te han regalado a ti previamente tiene sus riesgos. Lo digo por experiencia. Os recomiendo que no lo hagáis si no tenéis buena memoria… ¡Tengo una amiga que me regaló unos pendientes que yo le había regalado el año anterior por su cumpleaños! Lo bueno: me gustaban. Lo malo: los subtítulos que aparecieron por mi cara terminaron revelándole lo torpe y desagradecida que había sido, jajajajaja. 

Consejos útiles para no liarla con los regalos

Más consejos útiles si estás pensando en regalar algo que previamente te han regalado a ti: ¡Por favor, intenta que no se note que te estás quitando un muerto de encima! A ver, cuando uno hace un regalo tiene que intentar que la persona que lo reciba se sienta especial, ¿no? Vale que a ti no te guste, pero ten un poquito de luces. Lamentablemente sé bien de lo que hablo. Cumplo los años en primavera y en mi último cumpleaños mi suegra me regaló una bata horrorosa para el invierno que sospechosamente no traía ticket. ¡Y yo no uso batas para estar por casa! Ahora bien, como no podía cambiarla, me la quedé y, al precio que está la luz, he terminado utilizándola. Oye, sigue siendo fea a rabiar, pero yo voy tan calentita…  

Para terminar, por si hay alguien por ahí que esté pensando en hacerme un regalo por estas fechas (o por mi cumple, que anda cerca) os pido que no os compliquéis. En serio, cualquier cosita… Una botellita de vino, algo de chocolate, una bomba de baño… Que no hace falta, ¿eh? Yo solo lo digo por si acaso…